Si el poder de fuego había sido una de las principales falencias que tuvo el equipo durante las primeras fechas del torneo, eso parece haber sido superado en los últimos juegos. Desde que Pablo De Muner tomó el mando, San Martín marcó cinco goles en tres duelos, que se tradujeron en siete puntos, lo que le permitió al “Santo” pegar un gran salto en la tabla de posiciones y quedar bien cerca de los puestos de clasificación al Reducido.

“Mejoramos bastante en ese sentido, pero hay que seguir. Hay que creer en que todos los días se puede ser mejor. Creer, esa es la palabra”, advirtió el DT luego de sumar siete puntos de nueve posibles.

Dos goles a Almirante Brown (que podrían haber sido tres si Gonzalo Rodríguez acertaba una chance clarísima cerca del final del partido); un tanto en Córdoba para sentenciar a Belgrano (más allá de que el equipo dispuso de varias chances claras para agrandar la diferencia) y dos anotaciones contra Deportivo Riestra; fueron las conquistas que le permitieron a San Martín comenzar a recuperarse de su anemia ofensiva.

En las últimas tres fechas, el “Santo” superó la marca que había conseguido en las primeras seis jornadas (hasta la fecha 6, el equipo sólo había conseguido tres goles: dos para empatar los duelos contra Estudiantes de Buenos Aires y Mitre de Santiago del Estero, uno en la caída contra Atlanta y el restante en el triunfo en Mataderos de la mano de Floreal García). Además, en dos partidos (contra Alvarado y Chacarita) no había podido convertir pese a haber contado con muchísimas situaciones para lograrlo.

Pero si hay algo aún que deben conseguir en Bolívar y Pellegrini, es lograr que sus delanteros se amiguen con las redes enemigas. De los nueve goles que marcó en la actual temporada de la Primera Nacional, sólo tres fueron convertidos por sus puntas: Lucas González (a Mitre de Santiago), Marcelo Estigarribia (a Nueva Chicago) y Rodríguez (a Riestra). Muy poco, sobre todo teniendo en cuenta que dos las tres veces que los delanteros hicieron su aporte, el equipo pudo sumar de a tres.

El resto de los goles fueron aportes de los volantes (Juan Imbert, en tres oportunidades), Tino Costa y Matías Ballini; dejando en claro la importancia que tienen que los mediocampistas pisen con frecuencia el área rival. El tanto restante fue obra del Pedro Ramírez, defensor de Estudiantes de Buenos Aires, en contra de su propio arco.

“El equipo genera muchas situaciones de gol, pero lo más importante es ser contundentes. Es algo que debemos trabajar y mejorar. Pero va a llegar, hay que estar tranquilos; sobre todo cuando tenemos una oportunidad”, sentenció el entrenador.

Si bien el equipo mejoró considerablemente su producción en los últimos juegos, que los delanteros comiencen a aportar gritos es una necesidad para que pueda comenzar a sentirse pleno y a ser protagonista de un torneo en el que de a poco va entrando en sintonía.

Pura incertidumbre

Marcelo Achile, titular de la mesa de la Primera Nacional, aseguró que no hay nada firme con respecto al regreso del torneo. ““Estamos viviendo una incertidumbre constante. Oficialmente aún no hay nada; programamos la fecha sobre la incertidumbre misma”, remató.